Hala, ya estamos aquí. Última entrada del
Desafío de los 30 Días, con una bonita forma de acabar.
Los juegos de rol deberían…unir. Esa debe ser su premisa
fundamental. Unir a personas que disfrutan de una actividad juntos. Unir a
desconocidos que dejarán de serlos. No separar por peleas internas, sino
generar un clima de confort y confianza, incluso en los malos momentos. Debe
unir a escritores, editores y consumidores; que miren por su interés pero
también sean conscientes de que unos no pueden ser nada sin los otros. En estas
relaciones, la retroalimentación es fundamental, porque nadie tiene millones
para movilizar masas, porque estos productos no son de masa; ni deben serlo, ni
lo serán. Unir a personas de diferentes países, porque uno de los mayores
desafíos de los juegos de rol debe ser trascender fronteras e idiomas, como
actualmente sucede, pero aspirando a mucho más. Unir a los que saben y los que
no saben, servir como plataforma a los poderes públicos para reforzar nuevas
mecánicas de gestión cultural, de la índole que sean. Es posible, el Ministerio
lo asevera.
Visito jornadas, contemplo mi mesa de juego,
escucho sobre otros, hablo con escritores, soy consumidor…todo me hace pensar
que el fin último, incluso por encima de la diversión como una consecuencia
de esto, es unir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario