Nuevo día, nueva entrada para el Desafío de
los 30 Días. Nos acercamos poco a la tercera parte del desafío, y seguro que a
más de uno se le empieza a hacer esto algo coñazo. A mí me encanta, la verdad.
Me lo estoy pasando estupendamente escribiendo sobre mi afición de forma tan
amena, divertida y llena de anécdotas. Naturalmente, leer la de los demás
también es pasar un buen rato. Y somos muchos, así que dicho rato es más largo
que nunca.
La mayor pifia alrededor de los juegos de rol
que he podido sufrir es complicada de enunciar en una sola cuestión. No
recuerdo ningún momento puntual que haya estado relacionado con el mundillo que
recuerde con especial aversión, vergüenza o enfado monumental. Por ello, tras
un rato reflexionando, me di cuenta que la mayor pifia había sido,
precisamente, embarcarme en proyectos que todavía no han tenido una
continuación clara
En mi vida personal, suelo ser alguien
metódico y, sobre todo, si empiezo algo lo acabo. Tengo mucha voluntad para ser
continuista con los asuntos que me interesan, lo que me ha valido positivamente
para muchos ámbitos. Sin embargo, a veces muchas de esas cuestiones quedan
aletargadas por nuevas situaciones que se dan en la vida de uno, lo que me
genera ciertas dosis de frustración. Respecto a los juegos de rol, el propio
mantenimiento de este blog ha sido una de las mayores pifias que he podido
tener. Cuando administraba el blog de Tierras de Fantasía como si fuese el mío
personal y lo alternaba con el de las
propias actividades de la asociación, caí en la cuenta que estaba actuando de
forma incorrecta, y decidí montar el mío propio, de carácter personal, a sabida
cuenta que el otro tendría un menor bagaje de actividad, necesario en mi
opinión.
Una vez creado este, el ritmo fue decelerando
poco a poco conforme surgieron otras iniciativas que colmaron mi tiempo rolero.
En ese sentido, siento que le he fallado a este blog, y aunque intento
mensualmente compartir algo con todos vosotros, me resulta cada vez más
complicado. Quizás esta pifia sea exclusivamente por y para mí, pero es una
pifia en todo caso. Afortunadamente, creo que esta misma iniciativa me está
ayudando a darle caña a dicho asunto y, en cierta medida, a soliviantarlo. Todo
es cuestión de cogerle ganas de nuevo, y os aseguro que no es por falta de
motivación, sino de tiempo. Lamentablemente, una es inherente a la otra.
Por otro lado, creo que otra pifia, quizás
involuntaria, es haber tenido que dejar aparcado Verne&Lumiére hasta 2014. Con esto de las sorpresas que la vida
le da a uno, las metas que tenía puesta para este año (una primera versión del
sistema y una elaborada descripción de los arquetipos, módulo de playtesting inclusive) se han ido al
garete. Ahora tengo que recomponer plazos, pero me sienta muy mal,
personalmente, ponerme unos límites yo mismo que luego no consigo alcanzar.
Creo que, por esto mismo, me exijo mucho a mí mismo y tomo cualquier desavío
como una auténtica pifia. En todo caso, a veces es necesario darse un descanso
y preparar nuestras metas con más calma. En eso ando. Y es que, por encima de
pifias y críticos, está el que uno se sienta cómodo y a gusto haciendo lo que
más le gusta. Al menos hasta que sea lo que le dé de comer (en este caso, creo
que lo tengo fácil).
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