Segundo día de este desafío, en este caso
dedicado a responder a una pregunta tan atrevida como crucial en la vida de un
rolero, tan subjetiva como concreta: ¿Cuál es tu juego de rol favorito? Se me
ponen los pelos como escarpias solo de encontrar una respuesta total. Por
muchas vueltas que le he dado, de hecho, no soy capaz de hallar algo
convincente.
Afortunadamente, he dedicado mucho tiempo a
leer manuales. De hecho, creo que de todo lo leído solo he narrado la mitad, y
jugado una cuarta parte de esta. He realizado reseñas, analizado juegos que
nunca he tenido la suerte de probar. Algunos me gustaron más por unos u otros
aspectos: ambientación, presentación del juego, sistema…Lo complicado es
encontrar el juego que mejor encaje en todo. Afortunadamente, la pregunta es tu
favorito, no el que consideres mejor. Eso me ha hecho eliminar, de un plumazo,
bastantes juegos que, si bien son buenos juegos y he disfrutado con su lectura,
no se ajustan a la respuesta.
Tras las eliminaciones pertinentes, me quedo
con dos: Dungeons and Dragons 3.0 (nótese esta versión, con tantos bugs que
sacaron una revisión de media décima más) y La Llamada de Chutlhu, en la que
sería la última edición lanzada por La Factoría de Ideas.
Aunque llevo al primero en mi corazón, por
ser mi primer juego, aquel al que más horas le he dedicado con una diferencia
abismal y tener tantas opciones de personalización como te venga en gana (y
más), no se convierte en mi juego favorito. Cierto es que mi principal ambientación,
aquello en la que llevo trabajando media vida casi literal, se basó en este
sistema, en este juego, en lo que inspira. Sin embargo, cuando descubrí el
juego basado en las novelas de Lovecraft, se abrió ante mí la vereda de la
puerta de atrás. Los textos de ambientación, lo detallado de la época, la
mecánica de la locura, la investigación como eje motor del juego, incluso vista
como un reto. No podemos olvidar que en este juego, todo se plantea como una
auténtica aventura de exploración, con sus mecánicas más o menos consolidadas:
se abre un enigma, se investigan determinadas localizaciones, se recopilan
pistas, se accede al momento cumbre, se muere o se vuelve uno loco. Así son los
guiones de la mayoría de las aventuras, tanto como en su homónimo D&D
serían explorar mazmorra hasta llegar al tesoro final, reventar al bichote de
turno e irte más contentos que unas pascuas.
Naturalmente, como soy contrario a ese tipo
de normas impuestas, reinventé los conceptos del juego para mis partidas,
aunque tengo que confesar que si algo me enamora de La Llamada de Cthulhu, son
la cantidad y calidad de buenas partidas oficiales de las que dispone. La
accesibilidad de su material en forma de suplementos y lo interesante de este
gana por goleada a la cantidad de clones de aventuras que hay para D&D.
Nótese que comparo ambos porque son los dos grandes cachos de mi corazón rolero
hasta la fecha.
También destaco siempre el viaje a la locura
del protagonista. La desmembración y la ambivalente lucha contra uno mismo a
través del visionado de situaciones irreales e incomprensibles para nuestra
mente son demasiado para mí. Hay un ejercicio de transmigración con el
personaje, una suerte de estudio interior que está muy conseguido y representa
un punto muy fuerte respecto a otros juegos. Quizás algunos de estos lo
trabajen mejor, pero este les representa. Aventurarse en la interioridad de un
individuo y determinar de qué manera se presenta el desafío para el jugador con
el que trabajar la fascinación de un individuo normal por la tortuosa calle de
la locura es un auténtico deleite para cualquier jugador de rol que disfruta
con la interpretación. ¿Qué no te gusta la ambientación en los años 20? Tienes
la época victoriana o la actualidad. Personalmente, creo que se pierde gran
parte de la esencia, pero bueno: aquellos que no lo hayáis probado, hacedlo.
Los que tuvisteis esa suerte, no dejéis de meteros en este juegazo. Quizás haya
sistemas más simples, más indies, más fashions, pero como el original….ninguno.
Esto sí que es una aventura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario