Ahora sí, entramos en la recta final del Desafío de los 30 Días. Ya queda poco
para que acabe el mes y, con ello, esta larga ristra de entradas diarias.
El tema de hoy tampoco da para mucho. Yo lo
tengo claro: el d20. El dado de veinte caras tiene varias razones para
convertirse en el favorito: en primer lugar, porque me crié roleramente con el
mismo y es el que más uso para todo. Su forma y contornos también me gustan; lo
considero el mejor dado en cuanto a estética. Por otro lado, el sistema al que
da nombre me parece el más idóneo para el tipo de partidas en las que prima lo
trágico y lo épico. Su grado de aleatoriedad es perfecto en su término medio
para mi gusto. De hecho, soy de los insignes defensores del sistema d20 a ultranza
(por favor, los linchamientos para después). Es el poliedro que mejores
momentos me ha dado jugando a rol (esas pifias, esos doble 20) y no me veo
montando un sistema propio sin que gire en torno al mismo. Nsd20 fue una alegría para los que disfrutamos de dicho dado, y
aunque hoy está de capa caída gracias a las circunstancias indies que rodean nuestro ambiente creador, todavía sigo guardando
la esperanza de que llegue de nuevo una época en la que se critique menos por
criticar y se busquen otras formas de sacarle partido a este dado. Y todo lo
que conlleva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario