Nuevo día, nueva entrada perteneciente al Desafío de los 30 Días. Esto sí que
pinta interesante: ¿cómo me veo en diez años? En primer lugar, me veo con un
trabajo que me permita seguir disfrutando de este hobby. Me consideraría
afortunado si fuese así. Creo que las circunstancias laborales y familiares son
el peor impedimento para que un jugador de rol siga disfrutando de este. Si
encuentras el equilibrio entre ambas, eres todo un afortunado.
Por ello, dentro de diez años me veo con una
familia que me permita seguir jugando a rol; afortunadamente, quizás tenga la
suerte de compartirla con alguien a quién también le gustan esta afición. Este
sería, para mí, el paso fundamental. También me veo creando más. Creo que en
diez años tendré sacado mi primer juego y publicada mis primeras aventuras,
aunque sean gratuitas y en formato pdf, lo único a lo que apelo es a poder
compartir mis creaciones con todo el mundo. Ahora son muchos los proyectos que
llaman a la puerta de mi capacidad creadora, pero la gestión de mi tiempo libre
rolero va dedicado a seguir construyendo y trabajando en las campañas en las
que ambiento mi mundo. Y ya puestos, me veo con un libro publicado sobre Anthara, algo que desde todos los
sectores de mis jugadores se pide a gritos.
También me veo con un negocio de rol y juegos
de mesa en Huelva, lo que precisamente no hay. No estaría mal tener una pequeña
tienda que me dé lo suficiente para vivir, aunque esto sea incompatible con lo
anterior. Hay muchas opciones diferentes en el futuro de uno. Lo importante es
considerar que, de una u otra forma, tendré los juegos de rol orbitando
alrededor de mi vida. Yo creo que sí, que algo habrá siempre. Porque son, en
estos momentos, mi mayor afición. Y, aunque estas cambian con la edad, cuando
uno tiene veinticinco años tiene bastante claros sus hobbies; de lo que ya duda
es de si podrá ponerlos en práctica el tiempo que desearía.
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