martes, 12 de noviembre de 2013

Día 12: El enemigo favorito al que te has enfrentado

Duodécima entrada relativa al Desafío de los 30 Días. Hoy toca otro tema peliagudo para los que hemos sido poco tiempo jugadores. Hablar de mi enemigo favorito me ha requerido enganchar todas mis neuronas a una y recordar las partidas, pocas, que he protagonizado como jugador. El hecho de que no me venga uno a la primera ya es síntoma de no tener un nombre favorito, alguien que recuerdas a las primeras de cambio cuando estás pensando en esto.

Para mí, el enemigo favorito de todos los tiempos de un jugador debe reunir: dificultad, carisma, poder, y aprensión. Si tú personaje no le odió, no le temió, si tú mismo no te pusiste nervioso por algunas de sus acciones…pues entonces no has vivido una de las experiencias más intensas que te pueden aportar los juegos de rol. Las mejores partidas que he vivido como jugador han sido de D&D y La Llamada de Cthulhu. Del primero recuerdo con gusto los hetals, una raza que fue abocada al destierro durante miles de años junto a su dios, y que en las partidas que jugamos volvieron al mundo de nuestros personajes para hacerse con él, inflados de odio. Tenían un sentido de la familia que trascendía sus propios sentimientos, algo que siempre me encantó. Todavía me falta por ver que alguno de ellos dude de su propio destino, que intente comprender, aun con milenios de encierro, que no todos los mortales fueron culpables de ello. Creo que si hubiese encontrado y experimentado un intercambio interpretativo con esta raza creada por el gran Jose, se habrían convertido en uno de los mejores enemigos que he tenido. En cuanto a La Llamada de Cthulhu, recuerdo con especial reverencia Corbitt. Sí, el tipo de la partida introductoria por excelencia a los mitos. Jugamos un compañero y yo como un profesor de universidad y su estimado alumno. El momento en que entramos en la casa y nos enfrentamos (huímos) de él fue antológico. Quedó tan patente lo miserable que eres en este juego, nos acojonó tanto a los dos la atmósfera, la música, la voz del tío este vuelto de los muertos…Cojonudamente bueno.


El pobre Corbitt

Sin embargo, voy a retrotraerme de nuevo a mi pasado más arcaico. Los que hayan leído la entrada anterior sabrán quién es Datt, y su historia con Yonin. Pues si tuviese que elegir a mi villano favorito, le escogería a él. La batalla final, los dos con tela de poder, estuvo súper igualada. Nos llevamos bastante tiempo usando conjuros, habilidades, poderes de objetos mágicos…el Máster interpretó que el elfo, tras la muerte de su esposa, su sacrificio, había perdido la cabeza. Yo disfruté muchísimo ese combate desde la interpretación: fue un sufrimiento tener un combate así con un PNJ que te había acompañado toda la partida, saltos temporales inclusive. Que había aprendido tanto de ti y tú de él. Sonaba muy serie anime, pero finalmente fue vencido y mi personaje le desterró para que no volviese, a sabiendas de que alguien henchido de tanta venganza y rencor, con tanto poder, solo haría daño a su mundo. En ese momento, él mismo tomó la responsabilidad de cargar con ello. Fue un final muy digno para una partida. No fue la victoria de los buenos; fue una auténtica derrota para el personaje, con un villano que nunca lo fue, pero que, por gajes del destino, se encontró engañado por su mejor amigo, vilipendiado por este y, en última instancia, derrotado y desterrado.


Que recuerdos más maravillosos. Ojalá encontrase otra partida en la que desarrollar esos sentimientos con un personaje.

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