Noviembre ha acabado, y con ello mi participación en el Carrusel Bloguero como anfitrión. Ahora que finaliza el mes, puedo sacar a colación algunas conclusiones concretas, mientras me lanzo a pasarle el testigo a nuestro siguiente director, Hollman Ortiz dueño del blog AEDOS.
La primera conclusión que saco al ver la participación es el escaso interés que han mostrado los blogueros por este tipo de temas. Pensé en ello como una liberación de cuestiones menos transcendentales, e incluso busqué dentro de la misma sugerir temas más controvertidos, pero está visto que lo que os gusta es lanzaros al purismo más definitivo y darle caña al tema de gestión, polémicas, técnicas y manejes de la vida del rolero. Vamos, lo que rodea al rol en vez del rol en sí: mucho teorizar, poco jugar. Mucho contar las herramientas que usamos sin pararnos a pensar en el que dio de sí dichas herramientas. Podéis contestarme a esto diciendo que no es así, pero resulta que los meses que no se ha hablado de este tipo de temas han sido comandados por insignes de la rolesfera, porque quién adolezca de humildad y vaya pensando que aquí no existe una élite de carácter, valga la redundancia, elitista, está muy equivocado.
Y sí, parece que el párrafo anterior va con coraje, pero yo nunca tiendo a enfadarme, ni molestarme ni chorradas varias por este tipo de cosas. Espero que se lea como algo constructivo y una reafirmación de la realidad que nos rodea a los rolesferos.
Por otro lado, el hecho de tener una participación tan baja también se debe, en parte, al escaso aparato difusor que tienen determinados blogs, esto es: no es lo mismo que un blog con 200.000 visitas lance un tema y todos lo hagan a que lo realice otro con 1800. Vamos, que las modas van con esto, ¿o debería pensar que no hay una relación entre la fama de un blog y el interés que este suscita en sus llamamientos? Porque todos sabemos que existe un maravilloso documento en el que leer las direcciones y los anfitriones, con su tema, de cada mes, así que la desinformación no puede ser tan claudicada.
No puedo dejar pasar la oportunidad para agradecer su participación a aquellos que lo han hecho. Leer vuestras anécdotas es conocer la perspectiva y las profundidad que cada Máster da a su entorno: es interpretar las cuestiones imperantes en cada uno, su estilo, y aquello que puede dejar más impronta en determinados estilos de juego. Siempre he visto la anécdota no solo como algo con lo que pasar un buen rato (y muchos), sino también como una manera de entender las circunstancias que rodean a cada mesa y aquellas aportaciones que puedes aprehender de estas para tomarlas como tuyas. Vamos, que en algunas situaciones es incluso más interesante que un capítulo de un manual dedicado al Director de Juego.
Y ahora, que tanto os gusta el purismo, el buen Hollman os va dar pá el pelo: hablemos de las diferencias en las maneras de dirigir en todo el mundo. Casi nada ¿eh?
Realmente no lo vería tan catastrófico como una élite de teóricos del rol que no les va mucho el tema. Lo vería más como que hablar de las anécdotas es un tema complicado hasta cierto. Además de eso, siempre está la sensación (yo por lo menos la tengo) de que las anécdotas que me pasan no son tan divertidas como las que le pasan a los demás. Tal vez sea porque las mías ya me las conozco o que tal vez, como ya dije (creo)no soy capaz de distinguir muy bien entre la anécdota y lo que es la trama de la partida. En cualquier caso, a mi me ha gustado el tema del Carrusel de este mes, y no me queda otra que disculparme por llegar a última hora, hay meses más horribles que otros.
ResponderEliminarLo que si que me ha dado que pensar es el asunto de la participación y lo que comentas de la difusión. Haré algo para mejorarlo :D