Este mes ha sido especialmente intenso y apenas he tenido tiempo de otra que no sea leer aquellos blogs a los que sigo desinteresadamente. Ocupo todo el tiempo disponible para mi diezmado espacio creativo a otras cuestiones que ahora reconducen mis intereses a otros espacios, de ahí que Memorias de Astinus ande siempre algo parado.
Lo ideal de esto es saber que tienes el blog a tu disposición para cuando sea necesario, y los artículos avanzan a un ritmo lento, pero avanzan. Sin embargo, como buen escritor y Máster a jornada completa, ni en navidades me tomo un descanso.
Para aquellos que tampoco se lo toman o aquellos que deciden hacerlo, vayan estas felicitaciones. Feliz Navidad a todos. Siempre he creído que estas fechas son perfectas para compartir la alegría y el cariño que pululan por el ambiente con aquellas personas queridas. Da igual si eres católico o el agnóstico más radical del mundo: estas dos semanas deben trascender el consumismo voraz y la crítica más agria, deben reconducir todos los buenos sentimientos que hay en nuestros corazones en una sola dirección. Es posible conseguirlo sin tan solo dedicamos una mínima parte a ello.
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