domingo, 19 de enero de 2014

Juegos de rol y relaciones de género, esa gran olvidada.

Esta entrada viene a colación del intenso artículo lanzado por el blog Ghilbrae, que hace hincapié en lo sexista que se siguen presentando los juegos de rol en estos tiempos, especialmente en productos nacionales, especialmente en imágenes.

Paren ustedes de contar. Aquí se hace referencia exclusivamente a las ilustraciones que acompañan a estos nuevos colosos del grafismo rolero, antes complemento, ahora necesidad. Todo lo que surge de esto me parece más una demanda silenciosa que un imperativo categórico. Las peticiones deben parar en el grafismo; todos sabemos que el masculino genérico es comúnmente aceptado, nos duela más o menos, y cuaquier juego de rol hace la misma incidencia en la creación de PJs en uno u otro género. Y si no lo hace, es que busca simular una realidad y unas circunstancias que lo impiden. Es así de simple. Si el mundo de los cómics es lo que buscamos emular, no juegues a eso si te sientes denostada. Pero no lo pagues con el juego de rol. Como tampoco lo pagues con el Capitán Alatriste si hay determinadas mujeres que no pueden tomar determinados cargos. Enfádate con el siglo XVI. Enfádate con DC.


Sí, su bikini de mallas y su....bueno, y sus ciento veinte kilos.

Abordando el tema de las ilustraciones, hacer una defensa del paroxismo exigible a las editoriales me parece adecuado. Son empresas y la masa de compradores exigen unos hábitos. Yo contemplo esta profesión como otra cualquiera. Deberían quejarse todas las Navidades antes las compañías de juguetes, ante los anuncios de compresa, ante los de detergentes. ¿Quieren saber lo que es una relación de género desigual? Ahí lo tienen. La acusación que se plantea desde los márgenes sexistas hacia los juegos de rol es inherente a una demanda general, pero en ambos casos resulta que su objetivo máximo es vender productos. A mí me gustaría ver productos gratuitos que no aboguen en sus ilustraciones por un reparto equilibrado de ilustraciones siempre y cuando la ambientación así lo exija.No nos engañemos: la Espada y Brujería, ese género tan anquilosado en un sector tan amplio de la comunidad rolera, es inherente a un eje cultural determinado, a una visión formativa. ¿Es sexista? Claro que sí. Si ustedes quieren abogar porque no lo sea, jueguen diferente. Esa es la forma de demanda a la que podemos aludir sin necesidad de trapear y meternos en asuntos tan puntillosos como el mundo editorial y económico. Y sirva de ejemplo que en mis partidas en fantasía épica las mujeres llevan el mismo tipo de armaduras que los hombres, gorjal incluido, canalillo entre pechos bien cubierto. Pero no se engañen: el prototipo de hombre sigue siendo musculado, fuerte, ancho de espaldas, bien cuidadito en un mundo donde sería imposible tal proeza. Pero son clichés: y los clichés nos molan. Espero que las mujeres que aluden al tema sexista no babeen al ver un tipo bien petado, porque sería un ejercicio de hipocresía deleitoso. 


Este hombre es un consumidor de proteínas, aminoácidos y tal legendario, oigan.

Y ahora, después de esta pequeña demanda de calma y prudencia en las exigencias que hacemos, os diré que una de mis especialidades es la Hª de Género. Sí, muchos de los que dicen que eso no debería estudiarse ahora defienden a las mujeres, el rol y las relaciones de género. Muchos que dicen que la Hª de Género es algo profundamente inútil, claman ahora contra las editoriales y sus ilustradores por ser unos auténticos machistas de manual. Hipocresía moral. A mí ni me disgusta ni me deja de gustar, pero sean ustedes consecuentes: los juegos de rol beben de clichés, porque emulan circunstancias de muy variados tipos. La mayoría de las personas que juegan no lo hacen desde el ejercicio de conciencia, sino desde la diversión pura y dura. El editor quiere vender, y fomenta esos clichés. Y si al consumidor no le gustan, solo tiene que hacer caso omiso a esas ilustraciones. Sin más apelativo. No es que me parezca un debate estéril: es que me parece que hay otros lugares y otros momentos donde se debería incidir en él; no en los juegos de rol, no de esta manera. Las jugadoras de rol son minoría, pero si me permiten las siguientes palabras, para mí son en general mucho mejores que los hombres. Ahí quede. 






1 comentario:

  1. Tu articulo es otro Zas en toda la boca de Pablo Ghilbrae!! Un saludo me ha encantado!

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